Existe una economía que prioriza las necesidades de la gente, el trabajo digno y el consumo responsable, que pone en el centro el bienestar de las personas y el medioambiente. Te contamos todas sus ventajas en el folleto Dar de comer y alimentar valores.

En Madrid hay más de quince mil bares y restaurantes como el tuyo. Esto da una idea del peso tan significativo que
tiene la hostelería en la economía local. Además, se trata de una de las actividades profesionales más exigentes en cuanto a
horario y dedicación. En este contexto, la economía social y solidaria aporta una serie de propuestas susceptibles de mejorar
el funcionamiento y el valor añadido de nuestras empresas.

Porque…

  1. Es una forma de emprender en colectivo, de generar autoempleo de forma democrática y de apostar por una gestión que aumenta el conocimiento sobre la empresa, la capacidad de decisión y el compromiso con el proyecto.
  2. Pone la cooperación y la ecología en el centro de la mesa, convirtiendo nuestra empresa en un agente clave para la recuperación de una erosionada cultura alimentaria.
  3. Prioriza la calidad y los sabores, apostando por la pequeña producción de proximidad, por los productos de temporada y los menús saludables con ingredientes sostenibles.
  4. Apuesta por la sostenibilidad a lo largo de toda la cadena: consumo de energía eléctrica, envío con empresas de ciclomensajería ética, reciclaje de aceites y otros residuos.
  5. La salud, la sostenibilidad ambiental, el consumo local y la democratización del sistema alimentario son una preocupación social creciente, que encuentran en la restauración un lugar donde desarrollarse.

¿Por qué no apostar por la economía social y solidaria, que contribuye a que la comida que servimos alimente otros modelos nutricionales, agrícolas y socioeconómicos?